Mezclas homogéneas y heterogéneas
Mezclas homogéneas y heterogéneas
El suelo, los productos y los utensilios que usamos en cada una de nuestras actividades diarias y los alimentos que nos aportan la gama de nutrimentos que necesitamos están constituidos por más de un ingrediente; por ejemplo, la leche está formada por agua, grasas, proteínas, vitaminas minerales y azúcares.
A los materiales que están formados por más de un componente se les llama mezclas.
A los materiales que están formados por más de un componente se les llama mezclas.
Las mezclas se caracterizan por tener composiciones diversas, conservan sus propiedades físicas y químicas; gracias a ello, es posible separarlas en sus componentes iniciales mediante diferentes métodos, las mezclas se clasifican en heterogéneas y homogéneas.
Las mezclas heterogéneas constan de dos o más fases o porciones de materia físicamente distintas, por esta razón, en este tipo de mezclas es fácil diferenciar sus componentes.
Las mezclas homogéneas también llamadas disoluciones son un tipo de mezclas químicas conformadas por dos o más componentes que no se pueden diferenciar al ser estudiados. Aún así, sus componentes pierden sus características y propiedades por el hecho de estar mezclados, ya que la unión no produce reacción química alguna.
Las mezclas homogéneas también llamadas disoluciones son un tipo de mezclas químicas conformadas por dos o más componentes que no se pueden diferenciar al ser estudiados. Aún así, sus componentes pierden sus características y propiedades por el hecho de estar mezclados, ya que la unión no produce reacción química alguna.
Algunas mezclas son difíciles de clasificar en homogéneas o heterogéneas porque están en la frontera entre las disoluciones y las mezclas heterogéneas; tal es el caso de los coloides.
En un coloide, el tamaño de las partículas dispersas en el disolvente oscila entre 10 y 1000 nanómetros (nm). Algunos ejemplos de este tipo de mezcla son los malvaviscos, la mayonesa, el humo, la gelatina, la leche y los helados. tienen la propiedad de dispersar la luz; esto es, la reflejan en diferentes ángulos, lo que hace que al iluminarlos con una lámpara se vea la trayectoria del haz luminoso. A esto se le conoce como efecto Tyndall.
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